La imposición de restricciones a las emisiones medioambientales ha provocado que los fabricantes hayan tenido que reducir drásticamente las cilindradas de los motores, incorporando en la mayoría de los coches sistemas de turboalimentación para aumentar la potencia.
Y una de las causas más frecuentes de visita al taller es, precisamente, un turbo roto o que funciona mal.
Qué es el turbo de un coche y para qué sirve
Sin entrar en detalles técnicos de ingeniería, un sistema de turbocompresión (llamado coloquialmente turbo) es un mecanismo que comprime el aire para que en el momento de la combustión el aporte de oxígeno sea mayor.
De esta forma, se aumenta la eficiencia de los motores de explosión, incrementando la potencia y afinando el consumo de combustible.
Muchos de los coches actuales ya incorporan un sistema de doble turbo. Según los requerimientos de potencia del conductor, el motor funcionará sin turbo o ayudado por uno o los dos turbocompresores.
Síntomas de que el turbo está en mal estado
Habitualmente, a una avería del turbo le preceden síntomas: si detectamos a tiempo que algo comienza a fallar en el turbo del coche, puede que nos ahorremos una costosa sustitución del sistema de turbocompresión completo.
Veamos cuáles son los síntomas habituales de un turbo en mal estado:
Testigo naranja de control del motor
Este testigo puede encenderse por infinidad de motivos y uno de ellos es un fallo en el turbo.
Conque si se te enciende este testigo, verifica si también se presenta alguno de los síntomas adicionales que indicamos a continuación.
Pérdida de potencia exagerada
Si notas que el coche es incapaz de acelerar con normalidad y resulta complicado o imposible alcanzar velocidades de 100 o 120 km/h, es muy probable que la circunstancia se deba a un mal funcionamiento o a una avería del turbo.
¿Crees que el turbo de tu vehículo está a punto de romperse?
¡No esperes más! En nuestro centro postventa podrán revisártelo antes de que sea tarde
Motor con sonido ruidoso
Los turbocompresores amortiguan el sonido de los motores de explosión. Si el motor se vuelve más ruidoso de lo habitual, tenemos una señal indicativa de que el turbo pueda estar averiado.
Si el ruido se asemeja al de un torno de un dentista o un silbido muy agudo y molesto, la avería del turbo puede confirmarse casi al 100 %.
Lo mismo sucede si oímos un ruido continuado con un tono sonoro similar al de una flauta o al de la sirena de un vehículo policial.
Humos de escape excesivos
Si vemos que por el escape salen humos excesivos de color azulado intenso, gris o negruzco, analizaremos cuándo ocurre el fenómeno.
Si los humos solo se producen cuando se acelera solicitando una gran entrega de potencia, la anomalía se deberá a una avería del turbo en prácticamente todos los casos.
Si los humos son permanentes, pueden ser causados por múltiples circunstancias ajenas al turbocompresor.
Qué hacer si tu turbo está roto o a punto de romperse
Cuando el turbo falla definitivamente, lo habitual es que el motor siga funcionando, aunque notarás una drástica caída de potencia, suficiente para que incluso tengas problemas para circular con normalidad por una autopista.
En unos pocos modelos, cuando la ECU detecta la avería, el vehículo queda inmovilizado electrónicamente. Aunque tu coche siga funcionando, si el turbo no funciona o has detectado que algo no va bien, la decisión inteligente es llevar el coche al taller cuanto antes.
Si la avería es incipiente, puede que de esa manera evites reparaciones futuras de mayor importe. Y si el turbo está roto definitivamente, existe la probabilidad de que circular permanentemente sin turbo provoque averías adicionales en la motorización.